El niño ha muerto
lo visten de gala
con un traje negro
y le estiran la cara
para ver si le sale una sonrisa
pero no saben hacerle reir
pareciera que en lugar de eso
su boca quisiese eructar o escupir
He venido a visitarlo
a ofrecerle mis respetos
pero no se me ocurre acercarme ni tocarlo
me quedo delante de él, de pie frente a su lecho
y prefiero imaginarlo, lo imagino muy blanco
sobre la cama
muy pálido, muy blanco rodeado de flores blancas
en su inocencia casi confundo la mía
cerrando los ojos
cada pétalo al lado de su almohada
es una ilusión perdida
Abro los ojos
hay muchas personas que no parecen tristes
todas moviéndose a nuestro alrededor
inquietos, se paran luego un segundo
y charlan en voz baja,
parece como si saliesen de las paredes
como hormigas caníbales
se llevan a la boca platos de comida
que alguien prepara para que el duelo
continúe toda la noche
Estoy solo en medio de la habitación
no puedo apartar mis ojos de él
y de repente noto cómo parpadea
como queriéndose despertar entre sueños
y uno de sus pies temblequea...
maldita sea! nadie lo ha visto? se mueve...!
nadie se gira, nadie me escucha,
no logro que me entiendan
todo se queda en un febril pensamiento
que no logro expresar
con mi rígida boca
que es la boca del niño
que ahora yace de nuevo
plácido, quieto,
y la gente agolpada, cada vez más
(de dónde salen?) sigue comiendo, y bebiendo
mientras yo no me puedo mover
y me alegro de no estar muerto.