Admiro en tus ojos
nadando en dos esferas
la vida que gira y se repite
y me ahogo de no poderla tomar.
En tus quince, la mitad
es el doble.
Cuando viajé en coche
tú ibas a mi lado
poniendo música, cantando
las que sabías, dándole forma
a la noche.
Cuando la libertad te atrape,
pedazo de mi alma,
dime: qué harás con ella?
te pondrás a bailar con ella?
te fiarás
de ti misma?
¿Me atreveré yo...?
y me ahogo en un diálogo con el futuro...
Se rompen 2 o 3 dientes los tigres
de mis pensamientos
contra la carne de tus mejillas
al despedirnos.
Y los labios febriles
se malacostumbran a callarse
evitando tu boca,
como a la pasta de dientes,
como al último poso
al final de un vaso de alcohol.
Los pulmones se fuman tu nombre.
El cuerpo se coloca e intenta descansar
intranquilo.
El corazón se desangra, seco
intenta palpitar y crepita.
¡¡¡ Incendio de mi alma !!!
¡¡¡ me has convertido también en fuego !!!
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